El fotoperiodista Gaby Oraa captura la emoción y la vida cotidiana de Venezuela de una manera que muchos de nosotros no hemos visto antes.
Recuerda su encuentro con un anciano caballero, Enrique: «Empecé a fotografiar a Enrique y un mes después murió de cáncer. La familia es tan pobre que obviamente nunca tuvieron los recursos para hacerse ningún examen médico, que ni siquiera sabían que tenía cáncer. Me mencionó la última vez que lo vi, que se sentía abandonado. Dejó a su esposa y a sus tres hijas. Una historia muy triste de un sistema de salud abandonado».
Al explicarle a CIJN por qué eligió estas imágenes como su presentación, esta fue su respuesta:
Quiero que conozcas mi enfoque en el ensayo.como algo que sentí mientras fotografiaba la vida cotidiana de la gente. Es como si todos estuvieran esperando «algo», mientras se esfuerzan por sobrevivir obviamente, pero están en una espera constante. Esperando a que Estados Unidos invada, esperando la caja de alimentos de Maduro, esperando a que la oposición haga algo, esperando a que un «líder» les diga qué hacer, esperando a un «Mesías» para mejorarlo todo, etc. Venezuela también es un país muy católico. Es la razón por la que pensé en cerrarla con la estatua de Jesús en un día dramático tormentoso. En cierto modo representa lo que los venezolanos están esperando…. un milagro… un poco triste y dramático y no tan optimista, lo sé, pero eso es Venezuela»